Detrás de una gran mujer siempre hay una ofrecida tratando de quitarte el marido.
Hay unas perras tan, pero tan perras, que nunca dejaran de serlo.
Te diría que eres una ofrecida, pero eso es algo que ya lo has escuchado muy seguido.
9 de cada 10 mujeres son ofrecidas, la otra eres tú que te niegas reconocerlo.
Hay mujeres que aman a sus esposos… también el de sus amigas, hermanas, primas y demás familiares.
Si, así como de ofrecida cobraras… ya te habrías vuelto millonaria.
El problema de las mujeres ofrecidas es que se creen que por lindas las buscan y lo cierto es que es por lo fácil que las encuentran.
Una mujer ofrecida cree sentirse orgullosa de tener a alguien a su lado, aunque éste no la valore como persona.
Mucho ofreces hasta que te das cuenta que los hombres solo te hacen sentir vacía.
Cuando perteneces al grupo de mujeres ofrecidas, eres voluntaria para que te usen y luego te desechen.
Algunas mujeres tienen un concepto equivocado de dar… creen que dar es recibir.
El que como mujer hayas dado el primer paso, no siempre significa que seas ofrecida, puede significar valentía.
Si crees que por ser alegre y vistas con escotes soy una mujer fácil, te equivocas soy una mujer feliz y segura.
Toda perra es como un cigarro light, le quitas el antojo a los hombres, pero no le sabes a nada.
Que no te de pena ser celosa… pena debe darte andar de ofrecida.
Puede que sea atrevida, pero no significa que sea ofrecida.
Las mujeres fáciles consiguen relaciones efímeras, pero las mujeres serias consiguen relaciones duraderas.
Las mujeres ofrecidas habitan en este planeta solo para aquellos hombres que son incapaces de valorar las verdaderas mujeres.
Una mujer ofrecida anda con cualquier hombre, una mujer segura de sí misma puede andar sola.
Puede que como ofrecida consigas cualquier hombre en la vida, pero solo las serias consiguen que se queden por siempre.
No te ilusiones porque te dice amor, bebé, princesa, eso solo se lo dicen a las ofrecidas.
Las mujeres ofrecidas son como las tetas… unas se caen y otras son falsas.
Para que vengarme de la ofrecida con la que te fuiste, a la final se destruirán solitos.
Sigue creyéndote que eres la princesa… que la reina sigo siendo yo.
¿Te caigo mal ofrecida? Haré lo posible por caerte peor.
A las mujeres ofrecidas les queda bien los hombres de mentira.
Créeme, siempre te buscaran por figura, apariencia y ofrecida, no por seria.
Mientras disfrutes por ser ofrecida, yo sonrío de tu inmadurez.
Se puede llamar damas a las mujeres, caballeros a los hombres, pero perras no tiene traducción.
Veo que como mujer no significas nada ¿podrías hacer lo mismo con tu título de ofrecida?
Hasta para ser ofrecida hay que saber dar y usted mujer ¡está muy pendeja todavía!…
¡Huele a perro podrido! Cierto… eres tu zorra mal oliente ¡UPS!
Un día las mujeres ofrecidas se van a poner imbéciles y los hombres no sabrán que hacer porque ya son imbéciles también.
¿Dieta esa perra? ¡No! Sí come cualquier cosa que le pongan en frente.
Yo soy la reina y tu el rey, pero tus amiguitas… bueno ellas son las perras falderas.
Algunas perras simplemente necesitan un collar o mejor una soga alrededor del cuello.
Tengo el talento para detectar… si detectar zorras como tú.
Tienes el síndrome de la abeja, se creen reinas y solo son un simple insecto.
Eres de los buenos errores que cometen los hombres.
Cuando creas que puedes competir conmigo me preocuparé, mientras ¡sigue de ofrecida perra!
No hay mayor satisfacción que decir: pobre perra, cree que es de ella y resulta que sigue siendo mío.
No puedo disimular mi cara de asco ante una perra cuando publica una foto.
Puedes seguir siendo ofrecida, perra y fastidiarme, pero jamás igualarme.
¡Te lo dejo! me da igual, es el tipo de hombre que anda con cualquiera.
Me encanta ver como el destino saca de mi vida a esas personas que no valen la pena, para tirarlas a la basura y que las tome cualquier perra.
Hay hombres, que aunque le des la mejor comida siempre terminan buscando sobras en la basura.
Tengo tanta educación que con solo mi presencia amargo la existencia de cualquier perra.
El problema de las perras es que siempre tienen las piernas abiertas y las mentes cerrada.
Ubícate ofrecida, aunque estemos en el mismo suelo ¡Hay niveles!.