Cuando juego al futbol me olvido del mundo porque el futbol es mi mundo.
Mi corazón en la cancha, mi cariño en el juego, el balón mi amigo verdadero. Hasta respiro futbol.
¿Cómo no jugar si mi alma el futbol no deja de llamar?
Cuando pienso en mi futuro me sigo viendo jugando al futbol. Es que no puedo imaginarme sin él. Ser futbolista es todo lo que quiero ser.
Mi vida la vivo igual dentro o fuera de la cancha de futbol. Al límite.
No muchos entienden mi gran pasión. Al futbol lo llevo grabado con fuego en mi corazón.
No es un juego y ya. Es la pasión que a mi alma hace vibrar.
No es un mero juego, es todo lo que quiero.
Con el futbol descubrí la felicidad de trabajar por tu pasión, aprendí a ser cada día mejor, a trabajar en equipo, a ser disciplinado para lograr lo que quiero. El futbol es lo mejor que tengo.
Para mí no hay mayor felicidad que jugar al futbol. Quisiera jugarlo sin parar, toda mi vida. No quiero nunca dejar de jugar.
Jugar al futbol es mi forma de ser feliz. Jugar al futbol es demasiado importante para mí.
Para mí la felicidad tiene nombre: El futbol. Jugar me hace feliz como nada en el mundo.
El futbol forma parte de mí, lo llevo en la sangre. Jamás podría dejar de jugarle.
Si el futbol dejara sería para mí como si a mi propia vida renunciara.
Jugando al futbol disfruto y celebro la vida porque el futbol es parte importante de mi vida.
No es solo un juego. El futbol es mi más grande sueño.
Jugando al futbol me lleno de emoción, me colmo de alegría, me siento enérgico, libre, mejor cada día… No es un capricho, es una necesidad, es mi pasión y por nada del mundo la voy a abandonar.
El futbol no es solo mi pasión, es mi vocación.
Mi corazón se lo entregué por completo hace tiempo a mi pasión. Al futbol, la cancha y el balón.
No quitaré los ojos del balón hasta ver cumplido mi sueño de ser un gran jugador.
Cuando imagino mi futuro soñado me veo jugando, metiendo goles, ganando, siendo aclamado… Ese es mi sueño y voy a alcanzarlo.
Persiguiendo el balón alcanzaré algún día mi cometido. Ser un jugador reconocido.
Perseguir el balón significa para mí, perseguir un sueño que algún día deseo cumplir.
En el futbol encontré motivación. El futbol es mi gran pasión.
Cuando juego al futbol no solo estoy jugando. También estoy soñando y disfrutando.
Ser un jugador profesional es mi sueño más grande y algún día lo voy a alcanzar. Obsérvenme y verán.
Cada día me vuelvo un mejor jugador ¿Mi secreto? Pasión, amor, disciplina y motivación.
Gol a gol a mi meta anhelada acercándome voy.
Al futbol jamás podría dejarlo porque si lo hiciera mi vida perdería sazón. Carecería de motivación, de color…
Voy a jugar futbol toda la vida porque dejarlo significaría para mí renunciar a la vida misma.
Algunos no entienden que sin el futbol no puedo vivir pero es que es así. Este en el mundo es el único que me hace realmente feliz.
El futbol es mi primer amor, por eso le seré fiel con devoción.
El futbol para mí no es solo un juego. Él es mi amor verdadero.
Obsérvenme correr en la cancha, patear el balón, meter un gol. No les quedará dudas de que el futbol es mi gran pasión.
En la cancha soy libre, soy yo sin máscaras, soy feliz en verdad.
Cuando juego, juego como si el juego no fuera a terminar jamás. Y es que en el fondo deseo que no se termine más. Quiero jugar y jugar.
Aún no soy el mejor jugador pero trabajaré cada día hasta serlo.
Muchos me envidian por ser un buen jugador pero se niegan a ver que lo que he logrado lo he logrado con trabajo duro, motivación y un extra de pasión.
El futbol no me gusta, no me atrae, me encanta, me enloquece, me apasiona, es la llave de mi felicidad ¿Creíste que me gustaba nada más?
El futbol no es mero juego, es esfuerzo, anhelo, esperanza, consuelo…