No te asustes, no temas, libérate de la angustia. Dios tiene el control.
Si tan solo comprendieras que es Dios quien tiene el control, podrías liberarte de una vez por todas de la angustia y la depresión.
Allí donde no encuentres la solución recuerda que Dios es quien tiene el control. Ten fe en Él, confía en su decisión. Sus designios siempre encierran una gran bendición.
Persevera, resiste, Dios se está encargando. Cuando menos lo esperes te ayudará a encontrar una salida o solución.
Si te caes, levántate, resiste aunque sientas que ya no puedes más, Dios está a cargo, ten fe en que te ayudará, no te rindas, pronto lo hará, lo sé.
Con la convicción de que Dios tiene el control ante todo, vivo mi vida colmado de bienestar, sin preocuparme ni un poco. Soy responsable, pero sé que hay cosas que no puedo manejar y esas se las encomiendo a Dios sin angustiarme.
¿Para qué preocuparme si confío en que el plan que Dios tiene deparado para mí va a maravillarme? Sé que Dios tiene un plan divino colmado de bendiciones para mí, Él tiene todo bajo control y confío en Él sin fin.
Todo lo que pasó, pasa y pasará es parte de la voluntad de Dios, del plan divino que tiene deparado para nosotros, acéptalo y te librarás de la dañina angustia y de la depresión. Dios es quien tiene la solución, no tú ¿Por qué te angustias en vano?
Le dicen al estrés, a la ansiedad y a la depresión los males modernos porque afectan a una parte importante de la población mundial, pero esos son es males que las personas se hacen a sí mismas por no confiar en Dios, por olvidar que no hay de qué preocuparse porque Él sabe lo que hace.
No entiendo porque hay personas que se preocupan al punto de enfermarse cuando lo único que tienen que hacer es encomendarse a Dios pues es Dios quien tiene todo controlado.
El plan de Dios es perfecto, solo tienes que ser paciente y esperar el momento correcto, el momento en que Dios decida que estás listo para sus bendiciones recibir. Dios está a cargo, Él será quien va a decidir, tú en eso no puedes influir. Mejor confía en Él.
Alcanzar la paz mental es tan fácil como reconocer que Dios es quien puede influir en las cosas, no tú.
Actúa lo mejor que puedas y despreocúpate después. La voluntad de Dios impera y él sabe cómo hacerla prevalecer, cuando Él lo considere necesario, cuando en verdad lo necesites te brindará la solución y te ayudará, confía en Él y lo verás.
Respira, cálmate, relájate. No le des cabida a la angustia en tu vida, no hay necesidad de ello, recuerda que muchas cosas están fuera de tu control, que el único que tiene el poder de solucionarlo todo Dios. Lo mejor que puedes hacer entonces en confiar en Él. Ten fe.
La angustia, la zozobra, la depresión… Son sensaciones desconocidas para los fervientes creyentes en Dios, para los que no tienen dudas de que Él es quien tiene la última decisión y que como tal, proveerá para que las cosas estén como deben estar.
Dios tiene la última decisión y yo creo infinitamente en Él, por eso mis acciones y decisiones se las confío ciegamente a Él.
Aún en medio del caos en tu propia vida confía en Dios, Él se encarga de que todo esté bien, llegado el momento correcto te colmará de bendición.
Dios es quien está a cargo, creo firmemente en ello, por eso dejé de temer al futuro, a lo que vendrá, lo que depara mañana es su voluntad y la acepto.
La ansiedad te paraliza, el miedo te puede enfermar… Lo mejor es librarse de la angustia. Dios tiene un plan ¿Por qué te sigues preocupando? ¿Qué no vez que te haces daño? Libérate ya de las emociones dañinas, ponte en manos de la gracia divina.