El mejor regalo que la vida nos puede dar es encontrar una amistad ejemplar: Cálida, sincera, duradera… Si la hallaste no la pierdas.
Me faltan muchas cosas pero me sobran amistades sinceras y por ello saldré victorioso (a) de mis batallas venideras. Lo sé.
Valoro una amistad sincera más que cualquier otra cosa en la vida entera.
Tu amistad me has dado y con amistad te he recompensado. Sigamos así, engrandeciendo nuestro vínculo infinitamente con amor servil. Te quiero y te querré siempre.
Gracias por tu amistad: Por quererme, por escucharme, por valorarme, por traerme paz. Ni por mil riquezas nunca te voy a cambiar.
Tu amistad la valoro y nuestros momentos juntos los atesoro. Te adoro más que nada y siempre te voy a adorar, eso el tiempo no lo podrá cambiar.
No sabía cómo hacer amigos, me sentía solo y un poco perdido. Tú llegaste y me sonreíste y lo hiciste fácil para mí. Iniciaste nuestro vínculo el cual nunca tendrá fin. Te quiero y querré siempre.
Cuando mis piernas fallan, cuando ya no puedo más, cuando pienso que rendirme es lo único que me traerá paz, llegas tú y me animas, me alientas a continuar y gracias a eso todas mis batallas he logrado yo ganar.
Dios creó la amistad porque sabía que el ser humano necesitaría alguien con quien desahogarse, con quién reír y llorar, alguien con quien ser del todo sincero sin tenerse que preocupar.
No tengo miedo de nada, sé que si te necesito aparecerás de la nada, aún sin llamarte. Así de poderosa es nuestra amistad, siempre nos apoyamos en cualquier dificultad.
Creo que en realidad no eres mi amigo, creo que eres mi ángel de la guarda pero no te resististe y apareciste para estar conmigo.
Has reído conmigo, me has consolado tras llorar, me has acompañado en mis batallas y me has sabido valorar. Un amigo como tú es difícil de encontrar pero te prometo que nunca yo te voy a fallar así como tampoco me has fallado.
Tu amistad es tan valiosa como la luna al brillar, sin ella por las noches nos sumiríamos en oscuridad pero lo mismo haces tú para mí, brillas intensamente y disipas mis tinieblas. Me haces así la vida 100% más amena. Te lo agradezco.
No tengo palabras para agradecer el tu amistad poder tener. Dios sabía que la soledad me estaba lastimando por eso cruzó nuestros caminos y nos cubrió con su manto. Nos bendijo para que pudiésemos estar unidos.
El amor podrá agotarse pero la amistad sincera jamás, por eso nunca descuido a mis amigos, ni siquiera por el romance más efusivo. El amor podría ser fugaz pero la amistad jamás.